Pollo a la pepitoria 

¡Saludos amigos! Aquí estoy con una nueva receta familiar para chuparse lo dedos: pollo a la pepitoria, que como casi todo en la cocina, en cada casa hay una variante para su elaboración. Esta es la que me transmitió mi señora madre. Para que un pollo o gallina en pepitoria pueda llevar este nombre es necesario usar huevo o por lo menos yema. La versión con piñones es la más extendida y cuyos orígenes se pierden en el tiempo.
Justo debajo tienen la vídeo receta paso a paso.

Ingredientes para un pollo pepitoria de rechupete: 

  • Muslos o contramuslos de pollo: 4 porciones por persona (la pechuga troceada queda muy seca).
  • 200 gr de piñones.
  • 4 dientes de ajo.
  • 3 lonchas de pan de molde o media barra de pan.
  • 1 vaso de vino blanco.
  • 1 vaso de agua.
  • Huevos duros a razón de 1 por persona.
  • Azafrán, sal y pimienta y dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
  • Cariño y paciencia.
Piñones, el ingrediente fundamental.

Piñones, el ingrediente fundamental.

Guarnición ligera para receta de invierno.

A mi me gustan papas hervidas para la guarnición, aunque hay quien usa papas fritas. ¡Bastante calórica es ya la receta como para además añadirle papas fritas! Pero aquí cada cual gobierna su dieta. Comer feliz te hace feliz.

Manos a los fogones.

Limpiamos primero un poco el pollo del exceso de grasa o la piel si la tuviera. También se puede preparar con piel, esto será al gusto. Luego salpimentamos bien, con gracia y sin miedo. Ya les advierto que yo soy de cocinar con poca sal, pues siempre hay tiempo durante el guiso de añadirla si fuese necesario, aunque piensen que la carne no puede estar sosa.

Pollo marcado, bonito y jugoso.

Calentamos bien el aceite y vamos marcando el pollo. Pretendemos sellarlo para que tome un aspecto dorado y apetecible, además de evitar que pierda su jugo durante la cocción posterior. Una vez marcado lo separamos en otro recipiente.

Los ajos dorados, ricos y tiernos.

Ahora… ‘¡pops!’, damos un golpecito a los dientes de ajo y los metemos sin pelar en la sartén con el resto de aceite que teníamos del pollo para que se doren un poco, el fuego no debe estar demasiado fuerte. No importa que la piel se separe. Los rescatamos y separamos.

Ajos enteros machacados.

Ajos enteros machacados.

Tostar piñones: esta tarea rápida y cuidadosa.

En otra sartén ponemos la segunda cucharada de aceite de oliva virgen y salteamos los piñones. Aquí atención, pues se tuestan enseguida. A mí algunos estuvieron a punto de churruscárseme. Si ven alguno demasiado negro sepárenlo luego.

Pan tostado mejor que frito.

Regresamos al primer recipiente y ponemos el pan. Queremos tostarlo un poco con el resto del aceite. No queremos freír el pan, que hay familias que lo hacen pero no en la mía, ¡no en mi cocina!, jajaja…

La salsa donde se cocinará el pollo pepitoria.

Ahora voy a triturar los ajos pelados, el pan, los piñones y un poco de azafrán. Debe quedar como una pasta. Nuestras abuelas esto lo hacían con un mortero, que también se puede hacer, pero así está igual de bueno y queda más homogéneo.

El resultado lo añado a una cacerola baja y ancha. Ahora ponemos el agua y el vino blanco en la misma proporción. En nuestro caso, un vaso de cada. Encendemos el fuego y movemos un poco para que se mezcle todo bien y se vaya cocinando un poco. Aquí, si lo desean, pueden añadir un poco de caldo vegetal. Yo esta vez solo tenía en pastilla que, para escapar, también vale.
Con la salsa preparada solo hace falta añadir los trozos de pollo. Uso un recipiente bajo y grande para que los trozos de pollo no queden unos sobre otros (dicen que la comida cocinada con comodidad sabe mejor). Por último, vamos a añadir los huevos duros que habremos picado.
Tapamos y dejamos cocinar a fuego medio-bajo, es decir, que hierva suavemente, unos 30 minutos. No lo movemos con cuchara. Si quieren percatarse de que no se pega, denle un meneo con las manos en el recipiente. Para saber si está listo el pollo pepitoria, con pincharlo tienen.

Vino blanco y agua en la misma proporción.

Vino blanco y agua en la misma proporción.

Buen provecho y gracias por su lectura.

Listo. Un sabroso pollo a la pepitoria. Como muchas cosas, si lo comen el día después de prepararlo estará más rico. ¡¡Ummm!!… ¡muy bueno!

Compartir es vivir, amigos. Feliz cocinar.

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